Dibujar vs ilustrar

Pensando, dibujando….

…. qué pasaría si armara una expo que se llamara «Dibujos»

reivindicando el dibujo como tal. Que no quiera llamarse «arte», que no quiera llamarse «ilustración»… que no necesite ser más que eso, dibujos al azar salidos de no más que unas manos, unos artefactos de tinta, unas ideas y abismos y, en este caso específico, algunas reglas que colecciono. Unos viajes, claro, pero sobre todo un bolsillo lleno de adorados cachivaches.

Un poco más allá, entiendo que arte sí puede ser. Lo que no creo es «ilustración», quiero que sea un paso antes, un dibujo puro, simple en su complejidad. Me gusta incluso dejar el lápiz al descubierto aquí y allá, cuidadosamente asomado.

 

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Uso mucho el borrador y la regla. La regla es un instrumento que colecciono, como dije, sin haberlo pensado, pero lo hago creo porque traza rectas que contrastan mis garabatos. Y dibujo rápido (puedo dibujar algo completo en un día dedicado), pero tomo tiempo en los detalles. Pienso cada línea extra y su longitud y grosor, cada repase de shades of gray («sombras de gris»?), cada palabra si cabe.

Y mi problema es que cada dibujo terminado quiero regalarlo, jaja.

El cuentahílos se ha vuelto mi compinche. Me encanta ver la textura de cada sobrelínea cruzada con lápiz y pase de gris y me encanta que el defecto, a esa magnitud, es un trazo lleno de vida.

 

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Cómo revela escribir. Y creo es eso: que yo no me identifico como «artista» porque creo que dibujo desde mi atrevimiento. Desde una inexperiencia profesional cuya modestia me impide igualarme a aquellos que practican el arte con más fundamento.

Diseñadora soy porque eso ya me lo gané no con estudios pero a pulso, con experiencia y con éxito. Dibujante soy desde chiquita (lo cual me da un extraño pero válido oficio), a intervalos, con rachas y lagunas, sin técnica ni recursos más que los del día y la mano y las cosas esas que llevo en el bolsillo. Esas cosas del universo, del espacio/tiempo, de lo que uno cree y atesora.